sábado, 16 de diciembre de 2017

MUSEO SUBACUATICO



Nuestra idea de sostenibilidad, en este post se inclina hacia el océano.


En 2006, nació esta idea de museo subacuático de la mano de Jason DeCaires Taylor.


Este museo subacuático es un conjunto escultórico que crea un arrecife artificial. Las esculturas están realizadas en hormigón de pH neutro que, con el transcurso del tiempo, servirán para incrementar la biomasa marina y facilitar la reproducción de las especies.


Es concebido como lugar para la preservación, conservación y educación del medio marino y la naturaleza. Una llamada a la defensa de los óceanos que el artista proyecta en todos sus trabajos.

La primera intervención se llevó a cabo en la costa oeste de Grenada en las Antillas (mar caribe), considerado por National Geographic como una de las 25 Maravillas del mundo, y fue decisiva en la creación de un área nacional marina protegida por el gobierno local.

En 2009, fundó MUSA (Museo Subacuático de Arte), un museo monumental con una colección de más de 500 esculturas, sumergidas junto a la costa de Cancún; abriendose paso asi entre los destinos turísticos únicos del mundo.

A finales de 2013, Taylor ya había instalado aproximadamente 700 esculturas alrededor del mundo. Los trabajos llevados a cabo en 2014 incluyen Ocean Atlas, ubicada en las Bahamas, la más grande escultura jamás sumergida bajo el mar, con 5 metros de altura y 60 toneladas de peso.


En 2016 Taylor decidió crear el primer museo submarino del Océano Atlántico en la isla de Lanzarote, España.


Está ubicado a unos 12 metros de profundidad, próximo a la costa sur de Lanzarote, en la Bahía de Las Coloradas, un enclave elegido fundamentalmente por las características físicas del suelo submarino, abarcando una superficie de 2.500 m2 accesibles para buceadores y apneístas. La intervención está formada por 12 instalaciones construidas con materiales de pH neutro respetuosos con el medio ambiente, todas las piezas han sido diseñadas para adaptarse a la vida marina endémica. La creación del monumental proyecto Museo Atlántico aspira a crear un fuerte diálogo visual entre arte y naturaleza. Diseñado con un enfoque conservacionista, desde sus primeras instalaciones, ya ha logrado un considerable incremento en los índices de diversidad y abundancia de especies, siendo frecuentado actualmente por tiburones ángel, bancos de barracudas y sardinas, pulpos, esponjas marinas y la ocasional raya mariposa.

Ente esas 12 instalaciónes se encuentran:
Los Jolateros 



Una agrupación de niños en sus barquitas hechas con latón, denominadas “jolateros”. Una referencia a esta tradición de Lanzarote y una metáfora de un posible futuro para nuestros niños, marcado por la precariedad que supondría navegar con una chapa.

Inmortal




Moldeada a partir de un pescador local de la isla de La Graciosa, en la costa norte de Lanzarote, la escultura la forman una serie de palos de hormigón que conforman una tradicional pira funeraria.


La Balsa de la Lampedusa



Reflexión sobre la crisis humanitaria basada en la pintura de Gericáult, que representa una escena del naufragio de la fragata francesa Lampedusa en la costa de Mauritania, y el abandono que sufrió la tripulación. Un reconocimiento hacia aquellos que han perdido sus vidas en esa travesía.

Desconectado



Una pareja tomando un “selfie” nos sitúa en el uso de las nuevas tecnologías y la autorreferencialidad. Esta escultura, ubicada junto a La Balsa de Lampedusa, elude un momento trágico y lo convierte en acontecimiento “de fondo”, digno de ser registrado.


Cruzando el Rubicón



Esta obra está formada por un grupo de 35 figuras que caminan hacia un muro y una puerta bajo el mar, un límite entre dos realidades y un portal hacia el Océano Atlántico. Es un monumento al absurdo, una barrera disfuncional en medio de un vasto fluído, un espacio tridimensional que puede sobrepasarse en cualquier dirección.


Jardín Híbrido (varias piezas)



Fusionan naturaleza y humanidad a la vez que referencian la rica vegetación de Lanzarote. Esculturas mitad humanas, mitad cactus, constituyen una parte importante del jardín botánico.


El Portal



En el portal una joven híbrida mira hacia un gran espejo cuadrangular que refleja la superficie del océano en movimiento. El espejo se eleva sobre una serie de estructuras con forma de cactus que contienen pequeños compartimentos, “estaciones vivas” diseñadas para atraer pulpos, erizos de mar y alevines



Desregulado



Desregulado es un parque infantil en el que juegan en un columpio y dos balancines, trajeados hombres de negocios ajenos al mundo natural.



Foto Op



De forma similar a la pareja “selfie”, los fotógrafos plantean un debate sobre el permanente registro de imágenes en las sociedades contemporáneas.

El remolino humano




La última pieza del Museo Atlántico es un remolino humano compuesto por 200 esculturas a tamaño real que crean una gran formación circular. La posición de las figuras da forma a un arrecife habitable por especies marinas y constituye una emotiva despedida para los visitantes al final del tour.


El arte de Taylor es único, una paradoja de la creación: objetos inertes construidos para ser absorbidos por el océano y convertidos después en vivos arrecifes de coral, retratando así la intervención humana como positiva y alentadora. Son también obras de arte que buscan fomentar un cambio social a favor de una mayor conciencia medioambiental y, a su vez, nos ofrecen la posibilidad de apreciar la asombrosa belleza natural del mundo submarino.


https://www.youtube.com/watch?time_continue=69&v=cpirD0KRhDQ


https://www.youtube.com/watch?time_continue=191&v=_5IesVrAHPY

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